
El desarrollo motor durante los primeros años de vida es clave para el bienestar físico, emocional y social del niño.
Algunos pequeños, sin embargo, presentan dificultades en su evolución motora, ya sea por causas neurológicas, musculares o simplemente por retrasos leves sin origen claro.
En Fisiomar, entendemos la importancia de actuar pronto. Por eso, ofrecemos un abordaje especializado en fisioterapia pediátrica, adaptado a cada etapa del crecimiento y al ritmo de cada niño.
¿Qué es la fisioterapia pediátrica?
Es una especialidad dentro de la fisioterapia centrada en el tratamiento de:
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Retrasos motores (como gateo o marcha tardíos).
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Hipotonía (tono muscular bajo) o hipertonía (excesiva rigidez).
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Alteraciones del equilibrio, coordinación o postura.
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Patologías como parálisis cerebral, tortícolis congénita, pies planos o escoliosis.
El tratamiento se adapta a la edad y capacidades del niño, siempre desde una mirada global que tiene en cuenta su desarrollo emocional y social.
¿Cuándo consultar a un fisioterapeuta infantil?
Aunque cada niño tiene su ritmo, algunos signos de alerta pueden indicar la necesidad de valoración:
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No sostiene la cabeza a los 3-4 meses.
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No se sienta sin apoyo al cumplir los 8-9 meses.
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No gatea ni intenta desplazarse pasados los 12 meses.
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Dificultad para caminar de forma estable a los 18 meses.
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Tropieza frecuentemente, muestra torpeza o se cansa mucho al jugar.
Cuanto antes se actúe, mejores serán los resultados funcionales.
Nuestro enfoque en Fisiomar
En Fisiomar trabajamos desde un enfoque individualizado, integrador y respetuoso con el niño y su familia.
Nuestro objetivo es estimular el desarrollo motor mediante sesiones dinámicas, con actividades lúdicas y terapéuticas.
Nuestras claves:
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Valoración funcional completa (movilidad, tono, reflejos, coordinación).
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Diseño de un programa terapéutico personalizado.
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Juego terapéutico como base de la intervención.
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Acompañamiento familiar: enseñamos a madres y padres cómo apoyar la evolución del niño en casa.
¿Qué beneficios ofrece la fisioterapia pediátrica?
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Mejora de la movilidad y autonomía.
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Fortalecimiento del tono muscular y la coordinación.
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Prevención de futuras deformidades o compensaciones.
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Estimulación de la autoestima y la confianza del niño.
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Mejora en la calidad de vida de la familia.
Cada avance, por pequeño que sea, cuenta y suma en el desarrollo global del niño.
Conclusión
La fisioterapia pediátrica no es solo una herramienta terapéutica, es también una forma de acompañar, potenciar y proteger el desarrollo infantil.
Si sospechas que tu hijo puede necesitar ayuda o simplemente quieres asegurarte de que su evolución motora es adecuada, en Fisiomar estaremos encantados de orientarte.
La detección temprana marca la diferencia. Apostamos por su presente para cuidar su futuro.